La caída
El sábado pasado vi “La caída”, la película alemana acerca de los últimos días del régimen nazi. La trajeron Javier y Andre, pirateada en formato VCD, doblada al español ibérico (iaccc!) y con una calidad de audio que dejaba mucho que desear. Sin embargo, la película me pareció excelente. El actor que hace de Hitler la rompe, el lenguaje corporal, los gestos, es Hitler. Pero no es el Führer que estamos acostumbrados a ver en la mayoría de las películas o documentales acerca de la Segunda Guerra Mundial, este es un Hitler humano, pero no en el sentido “humanitario” de la palabra, sino que es un ser humano mostrando las peores facetas de nuestra especie: egoísmo, desprecio por los más débiles, vanidad, hipocresía, ira, traición, etc. Es un hombre ya derrotado, que vive encerrado en su bunker, completamente alejado de la realidad, rodeado de una corte de aduladores que viven borrachos y de orgía en orgía, con los rusos cada vez más cerca.
Aunque los comentarios sobre el personaje de Hitler pueden opacar a los demás, no hay que olvidarse del personaje de la secretaria, que al principio de la película es ella en la actualidad, en la vida real, una señora que debe tener lo menos 80 años. Cuando comienza la película ella tiene la “entrevista de trabajo” para entrar a trabajar como secretaria personal de Führer en el comando general del Reich, en Berlín. Esta chica, que aunque es alemana no es nazi. Cometario aparte: hay que recordar que la mayoría del pueblo alemán no votó a los nazis, aunque eso no los exime de haberlos mantenido en el poder y haberlos seguido a la guerra (no le suena conocido Mr. Bush…) Bueno, aunque no es nazi viene a trabajar con los nazis y como todo el mundo, queda deslumbrada por la figura externa del Führer. Sin embargo, al avanzar la locura colectiva de la guerra fuera del bunker y de los encerrados en él, se descubre casi como el único ser cuerdo en toda la historia, un poco simbolizando al pueblo alemán raso, por decirlo de alguna forma.
Tampoco hay que dejar de mencionar el personaje de Goebells y su mujer y los niños en las barricadas de Berlín.
Como comentario final, me parece que las críticas a esta película que decían que suavizaban la imagen de Hitler están equivocadas. Muestra a un ser patético, despreciable, y por verlo tan humano, lo interiorizás más, no es odiar a un ícono, sino a una persona, lo terminás detestando con las vísceras. No dejen de verla.
Aunque los comentarios sobre el personaje de Hitler pueden opacar a los demás, no hay que olvidarse del personaje de la secretaria, que al principio de la película es ella en la actualidad, en la vida real, una señora que debe tener lo menos 80 años. Cuando comienza la película ella tiene la “entrevista de trabajo” para entrar a trabajar como secretaria personal de Führer en el comando general del Reich, en Berlín. Esta chica, que aunque es alemana no es nazi. Cometario aparte: hay que recordar que la mayoría del pueblo alemán no votó a los nazis, aunque eso no los exime de haberlos mantenido en el poder y haberlos seguido a la guerra (no le suena conocido Mr. Bush…) Bueno, aunque no es nazi viene a trabajar con los nazis y como todo el mundo, queda deslumbrada por la figura externa del Führer. Sin embargo, al avanzar la locura colectiva de la guerra fuera del bunker y de los encerrados en él, se descubre casi como el único ser cuerdo en toda la historia, un poco simbolizando al pueblo alemán raso, por decirlo de alguna forma.
Tampoco hay que dejar de mencionar el personaje de Goebells y su mujer y los niños en las barricadas de Berlín.
Como comentario final, me parece que las críticas a esta película que decían que suavizaban la imagen de Hitler están equivocadas. Muestra a un ser patético, despreciable, y por verlo tan humano, lo interiorizás más, no es odiar a un ícono, sino a una persona, lo terminás detestando con las vísceras. No dejen de verla.
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