El mejor chiste de rubias de la web

El mejor chiste de rubias de la web!! Lo dejo acá en mi otro blog, leanlo y después me dicen!!

Galletitas de Navidad

El último martes estuve pasando la tarde en lo de Irene. Ya la he nombrado alguna que otra vez, como en el post acerca del Struwwelpeter. De parte de madre, son alemanes, y en Navidad, toda la tradición germánica les sale a flor de piel. Arman su arbolito SOLO con ramas naturales, y con unos adornos de los de vidrio, aquellos de antes que son una belleza. Pero lo mejor es la comida... Tienen la costumbre de hacer galletitas de navidad, miles, de todas las formas, colores, sabores y variedades.

Lo cómico es que el martes miraras hacia donde miraras, veías galletitas, en frascos, en potes, en la cocina, en el comedor... ¡gallletitas por todas partes! ¡El paraíso de los golosos! Eso si... hasta el 24 están prohibidas... y si leyeron el post del Struwwelpeter entenderán lo que es una prohibición salida de una señora alemana... Pero igual me comí algunas... no te enojes Wilma. ¡Y no me mandes al señor de las tijeras para que me corte los dedos!

Ataque al árbol de Navidad

Hace unos días, pusimos con el gordo el árbol de Navidad. Bueno, lo de árbol es un decir, en realidad es una rama seca de una especie no determinada, que decoró con cintas y luces. Como podrán ver, quedó muy lindo.



Demasiado lindo tal vez, desde que lo pusimos, Jazmín y Chichi se han sentido muy atraídas a él. Tantas luces y cintas que cuelgan son demasiado para cualquier felino. Y si además está hecho con una rama seca natural, el efecto en la psicología gatuna es devastador. Simplemente NO PUEDEN dejar de treparse.



¡Qué monería! Eso es lo que uno piensa inmediatamente, toma la cámara y saca unas fotos, pero después, empieza a ver como el pobre árbol se empieza a balancear. Las raíces de un árbol de navidad no son precisamente las de un árbol natural, y después de muchas horas de traqueteo, mientras estaba en el trabajo, pasó lo que tenía que pasar...



El susodicho árbol terminó en el piso... por suerte no tenía ningún adorno de los que se quiebran, pero ese árbol de navidad nunca va a volver a ser el mismo. Ah, por cierto, cinco minutos después de que lo paré de nuevo, los felinos ya estaban al ataque de nuevo... espero que cuando llegue esta tarde no me encuentre con el mismo panorama. Qué cosa! Ni el susto sirvió para que dejaran de subirse!

Tomando fotos

Este sábado seguí aprovechando la cámara digital que me pretó Irene y salí en la tarde a tomar unas fotos de mi barrio, desde la azotea del edificio y desde la calle. Toda una expedición subir a la azotea, se supone que no se puede transitar, porque tiene una membrana asfáltica, así que si te agarran allá arriba, te comés una meada de las grandes. Así que subí sigilosamente hasta el décimo piso, y más sigilosamente subí la última escalera... la puerta estaba sin llave, y entré (o salí, más bien). Les dejo algunas de los fotos que saqué:



Esta es la vista que podría tener desde mi living si viviera en el décimo... y bueno... me conformo con el quinto. Lo que se ve es la Bahía de Montevideo y el cerro del mismo nombre.



Esto es el centro de la ciudad, y parte de la ciudad vieja, aunque no se ve muy bien. Se puede ver el Palacio Salvo, que es esa torre con forma rara, y las grúas del puerto a la derecha.

Y por último, la Torre de las Telecomunicaciones, tal como se ve desde mi azotea:


Más una vista desde abajo:





El resto de las fotos de esta expedición fotográfica las pueden ver en este álbum.

Llega fin de año

Estos días en los que se acerca la navidad se caracterizan por los excesos, exceso de comida, de bebida (alcohólicas o no), de compras, de saludos, de pirotécnia, de programas navideños, de publicidad con gorros rojos y pompones de algodón... en fin... Navidad. Las tarjetas de créditos inventan las mil y una forma para que te enduedes hasta el cuello, cosa que sigas pagando el turrón de Alicante ese con el que tentaste en el supermercado hasta las Pascuas (del 2007). En la tele, todos los programas cierran sus ciclos anuales, y cuanto más nos acerquemos a fin de año, mayor será la abundancia de revisiones, recopilación de noticias...
Y comienza la guerra de los almanaques. Te dan uno en la panadería, otro en la farmacia, en el super, en la estación de servicio, en los locales de cobranza, en el diario, etc. etc. etc. Ahí van quedando, por toda la casa, hasta que uno termina quedándose con ese calendario que lo va a acompañar todo el año... (notable es como el paso del tiempo queda evidenciado por el dar vuelta las páginas de los almanaques). Lo mismo pasa con las agendas, los horóscopos anuales...
Después de que pasen las fiestas, y podamos sopesar cuan enterrados quedamos con la tarjeta y cuanto nos salva el aguinaldo, podremos empezar a planear las vacaciones. Según la suerte que uno haya tenido en la lucha, habrá quien se pase un mes de Punta del Este... o un domingo en la Playa del Cerro, con toda la gama de posibilidades en medio.

Baño gatuno

El sábado bañamos a Jazmín, que ya estaba toda sucia. Con agua calentita y shampoo para bebés, le dimos una buena lavada y varios enjuages. La pobrecita se portó bárbaro, una santa. Igual algún maullidito se le escapó, Chichi, que esperaba afuera se puso como loca cuando oyó los maullidos de la "hermana" y no dejaba de maullar. Hasta que no la dejamos entrar a inspeccionar que le hacíamos a la hermanita, no se quedó tranquila. La verdad que los gatos de pelo largo mojados quedan espantosos, miren las fotos nomás:

Pero después del baño, quedó pochocha!!!

Opiti! Montevideo en alta resolución

Hoy medio aburrido, me metí en el Google Earth... y cual no fue mi sorpresa cuando noté que habían actualizado la vista satelital de Montevideo para agregar una de mayor definición!! Ahora les puedo mostrar con más detalle dónde vivo:

El edificio cuadrado grande a la derecha es el Palacio Legislativo, como su nombre lo indica, es la sede del parlamento. El iconito verde indica donde está mi edificio. La sombra larga a la izquierda a la misma altura de mi casa es la Torre de las Telecomunicaciones, que es el edificio más alto de la ciudad, sede de la compañia estatal de telecomunicaciones... aunque muchos la conocen como "esa torre de mierda que iba a costar 100 millones de dólares y terminó costando el doble..."

Lo marroncito al fondo es el Río de la Plata costeando el puerto.