Llega fin de año

Estos días en los que se acerca la navidad se caracterizan por los excesos, exceso de comida, de bebida (alcohólicas o no), de compras, de saludos, de pirotécnia, de programas navideños, de publicidad con gorros rojos y pompones de algodón... en fin... Navidad. Las tarjetas de créditos inventan las mil y una forma para que te enduedes hasta el cuello, cosa que sigas pagando el turrón de Alicante ese con el que tentaste en el supermercado hasta las Pascuas (del 2007). En la tele, todos los programas cierran sus ciclos anuales, y cuanto más nos acerquemos a fin de año, mayor será la abundancia de revisiones, recopilación de noticias...
Y comienza la guerra de los almanaques. Te dan uno en la panadería, otro en la farmacia, en el super, en la estación de servicio, en los locales de cobranza, en el diario, etc. etc. etc. Ahí van quedando, por toda la casa, hasta que uno termina quedándose con ese calendario que lo va a acompañar todo el año... (notable es como el paso del tiempo queda evidenciado por el dar vuelta las páginas de los almanaques). Lo mismo pasa con las agendas, los horóscopos anuales...
Después de que pasen las fiestas, y podamos sopesar cuan enterrados quedamos con la tarjeta y cuanto nos salva el aguinaldo, podremos empezar a planear las vacaciones. Según la suerte que uno haya tenido en la lucha, habrá quien se pase un mes de Punta del Este... o un domingo en la Playa del Cerro, con toda la gama de posibilidades en medio.